Un poeta vive enamorado hasta el fin de sus días.

Y fue a esa edad... Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,
de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Pablo Neruda

sábado, 2 de marzo de 2013

A mi maestro...


Él me enseñó más de todo que la misma vida.
Supo hacerme ver, lo que los ojos no ven,
supo hacerme oír, lo que las palabras no dicen.
Él me enseñó a pensar: en idas, y venidas,
en todo y en nada. Él sacó de mí,
desde mis hojas, hasta mis raíces.
La magia de los números, poemas de golondrinas,
el secreto de las flores, y del negro los matices.
El Duero, el Ebro, el Tajo, el Guadiana; y la plastilina;
el arrullo de la flauta, el futuro, los orígenes.
Me enseñó a amar, a entender,
a perdonar y a compartir,
a mis virtudes exaltar,
y a mis defectos corregir.
Soy lo que soy, porque alguien me enseñó a ser,
ya que tuve un maestro que me enseñó a vivir:
Que no sólo me enseñó qué es la vida,
sino que me enseñó a vivirla feliz.