Un poeta vive enamorado hasta el fin de sus días.

Y fue a esa edad... Llegó la poesía a buscarme.
No sé, no sé de dónde salió,
de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba.

Pablo Neruda

viernes, 11 de marzo de 2011

A ellas, musas de mi inspiración...LAS HEREDERAS DE APOLO


Hijas de la ambición de los hombres,
divas de los pétalos de las rosas,
las nueve musas, las ninfas de Apolo,
sensuales y siempre hermosas.

***
Piel de aceituna, y ojos como la hierba,
de mirada penetrantemente viva,
curvas ambiciadas, dignas de una diva,
y de la verdad a la cara, siempre sierva.
***
De la danza y la música amante,
reflejo de oro en el iris de sus ojos,
para los hombres: uno de sus antojos,
por su compañía, que es un diamante.
***
Como una brisa matinal llega su voz,
pelo de azabache y ojos de zafiro,
con un aire del sur, que parece un suspiro,
amiga de la paz, y consejera veloz.
***
Vestida de rojo como el demonio va,
y bucles de sombra que forman su melena,
estrepitosa y sensual como la arena,
es un diablo, mas un diablo angelical.
***
Europa conoce tu sonrisa y tu locura,
y la cautivadora luz de esos ojos brillantes
que cuando el alcohol convierte en diamantes,
te convierte en la encarnación de la hermosura.
***
Corazón coraza de sentimientos,
tímida y bellamente callada,
hasta que explota la bomba encerrada,
en ese carácter de loco de rubí y de duro cemento.

***
Pequeños ojos escondidos,
entre la magia de esa cara risueña,
cautivadora, por ser de la risa la dueña,
diosa, por hacer de la tristeza el olvido.
***
Musa de la verdadera pasión.
Carácter de yegua salvaje al galopar,
cautivas al género masculino con solo pasar.
Borde mas elegante, inocente mas nubarrón.
***
Escondida tras ese manto de belleza,
aparece la última de las musas.
Vampira, arcángel, a los hombres embrujas.
Con solo una mirada, les traes de cabeza.
***
Nueve, nueve dones.
Cada día me doy cuenta,
y cada día con mas razones,
de que trazais mi senda,
la mía, y la de tantos hombres…
“No son frescas; son sexis”

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