Cuantos locos amores lloraba la princesa
ahora sólo escritos, con aroma de fresa,
dentro de aquel diario que esta sobre la mesa
y sobre su corazón, que es donde más le pesa.
ahora sólo escritos, con aroma de fresa,
dentro de aquel diario que esta sobre la mesa
y sobre su corazón, que es donde más le pesa.
Con príncipes, condes y duques había estado,
y al lado de todos ellos había llorado,
había mucho sufrido, y había extrañado
a ese hombre perfecto que había soñado.
y al lado de todos ellos había llorado,
había mucho sufrido, y había extrañado
a ese hombre perfecto que había soñado.
Al verse sola rogó a su Santa María,
prometiéndole albanzas de noche y de día,
que le diera un marido o pronto se moriría
pues la soledad poco a poco la carcomía.
prometiéndole albanzas de noche y de día,
que le diera un marido o pronto se moriría
pues la soledad poco a poco la carcomía.
En vez de caballero, monarca o banquero,
diole María a la princesa un escudero:
ni astuto, ni fuerte, ni inteligente, ni fiero,
mas éste le decía cada noche: TE QUIERO
diole María a la princesa un escudero:
ni astuto, ni fuerte, ni inteligente, ni fiero,
mas éste le decía cada noche: TE QUIERO
Sólo bellas palabras el tenía para ella,
y por esto mismo: pobre éste, rica aquella,
que el rey le mandó matar y a la noche destella
una flecha en la oscuridad, como una estrella.
y por esto mismo: pobre éste, rica aquella,
que el rey le mandó matar y a la noche destella
una flecha en la oscuridad, como una estrella.
Él cayó muerto cuando las cinco iban a dar,
ella se suicidó antes del gallo cantar.
Al alba, María, a ambos volvió a juntar,
donde su amor nunca podrán volver a quitar.
ella se suicidó antes del gallo cantar.
Al alba, María, a ambos volvió a juntar,
donde su amor nunca podrán volver a quitar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario